POZO SÉPTICO (Temas Intrascendentes)

sábado, octubre 08, 2005

CORPO GROSSO

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Por: Gabriel Enrique Lascano

No entiendo porqué no hay consenso en la respuesta a la pregunta: ¿Cuál es la parte más fea o la que menos le gusta del cuerpo? ¿Acaso no es evidente que es la aureola de la tetilla o del pezón? Probablemente algún recuerdo subliminal de cuando nuestra supervivencia dependía exlusivamente de andar prendidos de ese trozo de mamá, no nos deja darnos cuenta de que hay sapos gigantes con superficies más bonitas:



Estar concientes de esta situación no nos impide seguir sintiendo atracción por tan horripilante sección, ni seguir incluyéndola en los jugueteos de alcoba, cocina, parque o bus de transporte urbano e intermunicipal. Como ejercicio, en el próximo contacto directo que tenga con ella, haga un análisis detenido y crecano, aislándola de su contexto (porque en contexto puede que parezca bonita), con la esperanza de que por cada verruga que vea, se desestimule al recordar al sapo de la foto.

Que sea la parte más fea no quiere decir que sea la más absurda. En definitiva la parte más absurda del cuerpo es el ceño. En principio porque se llama ceño. En segundipio porque es la única parte del cuerpo que se frunce. Privilegiado verbo fruncir. Inventado con el único fin de denotar el único movimiento de una única parte del cuerpo. Porque el ceño o se frunce o no se frunce. Punto. No tenemos más opción. Lo más demente es que todo el mundo anda por la calle de ceño fruncido. Si usté se fija en cualquier cristiano que ande sólo y callado por la calle, se dará cuenta que tiene el ceño fruncido. Y si se fija más detalladamente, haciendo a un lado la expresión de ira y/o agresión del individuo, centrando su atención en su ceño, se dará cuenta de lo chistoso que es un ceño fruncido. Hágalo con cuidado porque si el dueño del ceño en verdad está emputado, el análisis puede representarle una rotura de jeta, en caso de que se le ría en la cara.
Juan Harvey Caicedo (q.e.p.d) campeón de los ceños fruncidos

Finalmente pero no menos importante, haré referencia a la parte más ridícula del cuerpo: El pómulo saliente. Pero ojo porque un pómulo no siempre es ridículo, en tanto no sea lo suficientemente saliente. Esto se logra cuando el individuo se ríe ampliamente. Los pómulos maximizan su curvatura y, nuevamente, al aislarlos del resto de la cara, se hace evidente su ridiculez lo cual genera más risas, ergo más pómulos salientes, ergo más risas, lo que se conoce como "Efecto Pómulo".
Siendo tan mediocre este artículo, probablemente ni se frunció su ceño ni se salieron sus pómulos. Pero una cosa es segura: igual sus tetillas o pezones han sido y seguirán siendo jediondos.

1 Comments:

  • Lamento que para buscar promocionar su pozo séptico, recurra a ofender a quienes no tienen cómo defenderse. Es el caso concreto de mi padre, Juan Harvey Caycedo.

    By Anonymous Anónimo, at 9:17 p. m.  

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