POZO SÉPTICO (Temas Intrascendentes)

martes, febrero 21, 2006

GUIÑOL GRADO 4º

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Y el poder que botó Imanol IV se perderá entonces?” preguntaba Guiñol consternada a un Latorre molesto y avergonzado que solo atinaba a decir: “Haga silencio mujer! Más bien vaya y fríteme un huevo que es lo que ha de hacer, en vez de calentarlo… Imanol IV consideró que sumercé no merecía el poder y por eso prefirió dárselo al universo.”

“Y por qué está triste Imanol IV? Y tú por qué estas molesto Latorre? Hace un minuto eras otro, mas alegre, mas locuaz y pastoril que nunca…” inquirió nuestra protagonista mientras salpimentaba un huevo. Latorre le respondió: “Qué no ve que este ya no es Imanol IV!!!!, es tan solo Imanol III y por su culpa en breve será Imanol I. Da pesar ver semejante desperdicio. El poder no es como la energía, no se transforma, se pierde. Yo no estoy molesto mamita, es que a veces me delico. Me perdonas compañera de aventuras?”

Pero Guiñol lloraba. Sentía que había defraudado al buen Latorre, quien, según ella, solo parabienes y aventuras había traído a su vida. Guiñol se lo hizo saber al Chato, quien la calmó diciéndole: “No llores mamita, mira que cuando lloras las flores se ponen tristes y olvidan saludar al sol, quien, a su vez, opta por irse de juerga con el viento y no enamorar a la luna. Cuando lloras los cielos se ponen color gris pancita de burro y los mares se tornan muñeca de burro. Ven, abre esa coraza que tienes, metrállame con esas perlas de dientes y regálame la primavera de tu sonrisa de arrecife de coral. Eso niña hermosa, arréglate esa teta tuya de tragapollas…mira que debemos continuar nuestro recorrido. Miles de aventuras nos esperan!”

Guiñol sonrió por fin aliviada pero aún algo preocupada por haber dejado ir ese líquido que Latorre tanto había insistido que le haría provecho en su búsqueda de Borondongo.

Ya estaba Imanol I en su guarida, Latorre hecho todo un figurín y nuestra heroína apropiadamente vestida, todos ellos preparados para continuar su travesía, cuando, en el potrero cercano oyeron unas voces infantiles que cantaban lo siguiente:

“Me gusta el ron de vinola, me gusta me gusta me gusta, Semos el Trío Molleja y Mandíbula nos asusta…” Y eso como reían de puro gusto: “Jiote jiote jiote!” reían los hijuemichicas morracos.

“Con qué gracia cantan quienes sean los cantores de esa melodía! Uy de bonito!” gritó Guiñol conteeeeeeeeeeeenta. “Latorre, te molesta si miramos quienes cantan tan graciosa canción?”

“Para nada Guiñol, quien sabe, quizás nos puedan aconsejar qué ruta tomar para llegar lo mas pronto al reino de Borondongo” respondió el.

Se acercaron pues estos dos intrépidos aventureros, ávidos por saber quienes eran los cantores arriba mencionados. Cual no sería su sorpresa cuando vieron que la melodía era cantada por los morracos maaaass raros y fantásticos que ser alguno hubiera podido imaginar. Pues les cuento que quienes cantaban esta canción eran en efecto tres seres que describo a continuación:

Si bien cada uno tenía rasgos distintos, tales como el signo de zodiaco y personaje favorito de Padres e Hijos, compartían características similares, como por ejemplo tener cuerpo de perrita french puder mini toy toy negra, cabeza de Rafael Navas Talero, todos tres mantenían con esa patica hinchada, eran ductilisimos jugadores de banquitas, se alimentaban de balas de helio (de ahí su altísimo timbre de voz) y pronunciaban las palabras como Jimmy Bernal en Dejémonos de Vainas.

El que parecía ser el líder, se dio cuenta de que estaban siendo observados y dijo: “ Y usteides quieneis soun? Mei pareice dei quinta cateigouría quei nou nous hayamous presentadou aún. Soumous el Triou Moulleija. Mi noumbre es Huipa y ellous son mis hermanous, Cahuingo y John Milhouse Clemens. Sei lei midein a un picaditou dei microu ou sei leis arrugan las hueivitas?”

Guiñol no era tan buena en banquitas y Latorre ya era bastante viejo para andar en esas. Nuestra protagonista y el Chato declinaron tan hermosa invitación. Sin embargo, a cambio, nuestra heroína propuso que más bien jugaran un jueguito muy particular que ella disfrutaba con Tito Prince en su infancia: cotizar farolas, cárteres de alta y baja, chicleres, cocuyos y guayas de camionetas Dodge Polara de 1981 con motor de persecución. No contentos con tanta diversión, horas después esta simpática comitiva siguió la juerga y la marranera factorizando polinomios de grado cuatro y derivando integrales triples en sus alegres e infantiles cabecitas.

Felices, los morracos, que, valga la aclaración, eran parte de la tribu Guambito, expresaron su gratitud a Guiñol y Latorre eructando poemas de Ikeburo Oe en idioma ingles pronunciando como narcotraficantes caleños.

Guiñol y Latorre agradecieron la fabulosa velada y ya listos para volver a emprender su ruta hacia el reino de Borondongo, Cahuingo pregunto: “Y para donde sei dirigen amiguitous?” Guiñol, tras narrar todas las aventuras que había vivido desde que se despidió de Elmer Panadero, pasando por su encuentro con Latorre hasta cuando se encontró con estos nobles Guambitos, les contó que se dirigían a donde el malvado hechicero Borondongo. En el preciso instante en que Cahuingo oyó ese nombre, exclamó:

“Coumou sei leis oucurre ir pour allá! Usteideis quei tieinein quei ir a haceir doundei eisei malvadou brujou! Pour favour nou lou hagan amiguitous! Teirminarán mal! Eil eis malvadou, muy malvadou!!! Adeimás, usteideis nou saben con lous terribleis obstáculous quei sei deberán enfrentar, ni siquiera saben la clavei para abrir su cueiva.”

“Cual cueva?” pregunto Latorre medio aculillado. “La cueva deil Mondongou Encantadou” respondio John Milhouse Clemens “Dice la corresponsal que toudou aqueil quei sei aventura a encountrar a Borondongou debeirá lleigar a dicha cueva, lougrar entrar a ella tras exclamar una formula mágica que soulou nousoutrous lous Guambito counouceimous y adeintrou encountrara una oulla dounde hiervei una paila con Moundoungou. En dicho Moundoungou, soulou la persouna eleigida para enfrentarse a Borondongou poudrá veir la ruta hacia el reinou dei eistei heichiceiro”.

“Ahoura bien” continuó “veimous que pour mas que leis rougueimmos quei nou vayan igual iran dounde Borondongou. Por esou, creou quei eis meijour contarleis a usteideis la fourmula magica que solo nousoutrous lous Guambito conoceimous. Coun eilla poudran abrir la cueiva Moundongou…”

Acto seguido y ante la mirada absorta de Guiñol y Latorre, el Trío Molleja se posiciono en forma de oruga y exclamó la formula, que dice así y quiero que tras leerla, amiguitos, todos ustedes la lean en voz alta para darle mas fuerza a nuestros aventureros. Si no la repiten, nuestros héroes podrán verse en problemas. Aquí va la formula, nooooo olviden repeeeetiirlaaaaa:

“Isda eni nigaindajaus? Oupencuicor amagonashitoniu modafocamuvit orelsama gonaguet soubruclin nastion iouas”.

Ya preparados con tan poderosa ayuda que el Trío Molleja les había confesado, se despidieron Guiñol y Latorre rumbo a la dichosa cueva, kilómetro 14, Autopista a la Alegría. Para darles suerte, el Trío Molleja los vio alejarse mientras rezaban la siguiente oracion:

“En 1981, principió un concurso que estimulaba a los compositores nacionales y ponía a prueba el oído de los concursantes. Con una orquesta en el estudio, fue presentado por Fernando González Pacheco, quien también hizo época con otros concursos como Sabariedades (con Carlos “el Gordo” Benjumea), Pacheco Insólito, Pacheco Pide la Pista, Uno mas Uno tres y Quiere Cacao.”

3 Comments:

  • ajajajajaja esto merece algun premio, reconocimiento o por lo menos alguna cagada de la risa.

    By Blogger Joe Pino, at 11:29 a. m.  

  • “Isda eni nigaindajaus? Oupencuicor amagonashitoniu modafocamuvit orelsama gonaguet soubruclin nastion iouas”.

    Excelente.

    By Anonymous Anónimo, at 12:03 a. m.  

  • Ai lof dis fokin pipol. Llu ar de man Daniel Ricardo Jorge Eduardo. Quiquin som bot. quip op de gud guork. bai bai beibi.

    By Blogger Jor-jeto, at 10:23 p. m.  

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