POZO SÉPTICO (Temas Intrascendentes)

lunes, enero 30, 2006

GUIÑOL

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Mi amigo Daniel Ricardo Jorge Eduardo generó una composición literaria tan estúpida, absurda e inentendible, que es irremediablemente genial.

Haciendo gala de toda mi mediocridad, durante las próximas semanas me limitaré a transcribir las 4 entregas originales de este cuento, que espero haga las delicias desde el cuba de la familia, hasta el anciano y amargado de su existencia chozno, a quien nadie quiere cambiarle el pañal (desde hace varias semanas).

He aquí la primera.

"EL CIELO ES UN SEÑOR DE BARBAS BLANCAS Y CERRADAS"

Guiñol es una semilla viajera. Desde la más tierna edad quiso poner pies en polvorosa pero la tonta olvidaba que no tenía pies y cuando esto pasaba, cuaaaando eeeeestooooo paaaasaaabaaaa, lloraba lágrimas de polen. Un buen día, Guiñol recordó que su abuelo, Tito Prince, conocido por todos en la región como Elmer el Panadero, le contó un secreto: un secreto que sooooolooooo Guiñol y su abuelo podían conocer. Según Tito, cada vez que una semilla se pone triste, cada lágrima de polen que llora cae, y al golpearse contra el suelo se convierte en una ilusión. Algunas se convierten en adalides, otras en esplendor, pero las maaaaaaaaaaaaass avesadas, esas lágrimas díscolas irreverentes, se convierten, ya sea en funcionarios públicos o en árbitros de fútbol sala.

Guiñol no podía salir de su asombro tras semejante descubrimiento. Lo que Tito le había revelado la había dejado perpleja, casi se podría decir que culeca. Manteniendo con esos ojitos hinchados, Guiñol decidió descubrir el mundo; conocer aquellos seres que culeca la habían dejado y muchos otros. De tanta excitación, se tuvo que masturbar y cayó rendida. Tuvo un sueño. No un sueño cualquiera, NO. Guiñol soñó que vivía en una casa hermosa, altísiiiiiiiiiiiiiiiiima, en el barrio Rionegro en Bogotá. Ella era una hermosa niña con pies llamada Mela y tenia un hermoso amiguito, un perrito llamado Vergajo. Vergajo disfrutaba mucho del sol y mantenía en el techo de la casa ladrando.

Guiñol soñó que se encontraba en la sala de la casa pensando en lo que Vergajo estaría haciendo, cuando sonó el timbre. Al abrir la puerta descubrió con sorpresa que quien había timbrado era Sting. Solo que en este caso Sting, tras presentarse, dijo: "Mi señora, jóvenes, buenos días, vengo ofreciendo la enciclopedia Grolier, un valioso instrumento en la educación de sus hijos". Al decir la palabra "jóvenes", Guiñol volteo a mirar a quien se dirigía Sting y no fue sino cuando sintió el cimbronazo que vio que Vergajo le había pegado un tarascón en la teta izquierda. Guiñol prefirió quedarse callada y más bien ir rápido a la Fama a comprar bola de pierna que hacia una falta... y como tres lulos para el jugo.

En ese preciso momento, en eeeeeeeeeeeseeee justo instante amiguitos, en su sueño Guiñol pasó de ser una niña bogotana y se convirtió en Leroy, el negro de Fama, la serie musical gringa. Leroy hablaba con Julio Arrastria Bricca, quien le decía: “Leroy, llegaras muy lejos, escribirás la melodía mas hermosa que jamás ser humano haya oído, la titularas: ‘Let me get Boricua on your ass’. Guiñol, perdón! Leroy solo respondió: Viejo culo.

Guiñol despertó de su sueño que tan revelador había sido, dispuesta a comenzar su ya mencionado viaje. Arregló todas sus pertenencias y salio como alma que lleva el viento a descubrir el mundo. Sacó visa para un sueño en el consulado de la Ilusión y también su pasaporte a la Alegría en la Embajada del Bebé.

¿Qué preguntas niño? ¿Cómo? ¿Qué si Guiñol tuvo miedo? ¡Claro que tuvo miedo! No solo porque pronto se enfrentaría a lo desconocido sino también porque tenía una sensación de incomodidad acerca de lo que iba a hacer, de esas sensaciones que a todos nos hacen pensar que algo malo está por venir, sí, una sensación parecida a la amibiasis.

martes, enero 10, 2006

PIROBIANDO

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Hace no tanto tiempo se celebraron los 100 años de la Licorera de Cundinamarca, para lo cual botaron el presupuesto por la ventana y organizaron un concierto con Ricky Martin al cual había que ser invitado para ir. Como no soy nadie no me invitaron; pero tengo un amigo que tampoco es nadie que conoce a alguien que parece que sí es nadie porque consiguió par pases para entrar.

El único perdedor dispuesto a ir con él a verle la jeta a Ricky fui yo, porque creo fervorosamente en que "regalado hasta un puño" y además, era obvio que iban a repartir incalculables pintas de licor cundinamarqués al gratín.

Lo bonito es que los pases eran de prensa, así que fuimos derechito a la parte esa que hay delante de las bardas de contención que separan a la lumpen de la gente linda, en este caso mi amigo y yo.

Había mucha farándula pedorra codeándose conmigo, pero yo estaba más atento al ejército de meseros y santa colas que repartían aguardiente y ron como si no hubiera un mañana...como si fuera 1999. Mi memoria siempre decide largarse antes que yo; por eso el único testimonio que me queda de ese día son las siguientes fotos, las cuales me hacen preguntar ¿Dónde estaba yo cuando las tomaron? Incluyendo la foto en que aparezco.


Grupo de Santa Colas. (No estuvo Original Santa Cola, pero bue..)


La loquita a la derecha de la foto confirma mis sospechas de que una mujer ligeramente bizca es más sexy. Ejemplo: Angela Vergara


Lempos

Al finalizar el concierto, me encontraba en un estado de nirvana etílico que me permitió fluir inexplicablemente hasta los camerinos, donde desde luego no tenía permitido entrar, mezclarme con los sudorosos bailarines de Ricky y comer de su tabla de quesos abriendome paso a través de sus brazos sin pedir permiso, subir al escenario a ver qué se comentaba y luego ser interceptado por una loca vieja, gorda y muy brava que me preguntó que quién era yo. Creo que le dije que era amigo de Ricky Martin y me le perdí ahí mismis, porque claramente ella SÍ era amiga de Martin.

Derepronto, me topé con Aura Cristina Geithner. Era una potra MUY singular. Yo estaba tan volqueteado, que sin saber cómo, estaba llamándo a un pana mío por celular y lo puse al teléfono con Geithner. Este man despertó con el sonido de su celular a las 2 am, y oyó del otro lado a esta loca diciéndole no se qué, ni porqué. Llevó gazapo muy ñero y volvió a dormir. Pero antes, dándome cuenta de que el novio de Aura Cristina estaba al lado mío, se me antojó pasárselo también a mi amigo para que le dijera que fresco, que él era el novio y que no le importaba que hablara con ella por teléfono. Cosa que por alguna demente razón el man hizo sin chistar. Viejo loco, calvo y de bigote, cuyo único atractivo debe ser que tiene alguna cosa bastante gruesa. La billetera puede ser.

En este punto estaba tan llevado de la inmunda, que creo que me convertí en este mesero. Aunque me pone a dudar que debería tener una expresión muchísimo más estúpida.