POZO SÉPTICO (Temas Intrascendentes)

sábado, septiembre 16, 2006

ESLELLER

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Un efecto secundario de la piratería es que al vender menos discos, los artistas internacionales se ven obligados a hacer más giras de conciertos para recuperar los millones que dejan de percibir, favoreciendo al fan colombiano que en los últimos años ha visto cómo aumenta la cantidad de ídolos musicales, no solo en decadencia sino totalmente vigentes, que vienen a Colombia.

Anoche nuestros compatriotas metaleros vibraron a más no poder con Slayer; icono legendario del Thrash Metal que hace apenas un lustro nunca hubiéramos imaginado que se dignara a pasar por aquí, mucho menos a dedicarle 1 hora y 40 minutos de brutal potencia a sus más fervorosos discípulos, que ya vamos por la tercera década de seguirles los pasos.

Todo el mundo tenía la camisa negra, seguramente porque negra tienen el alma, pero el metalero entre iguales se respeta y el comportamiento antes, durante y después fue inmaculado, ejemplar, especialmente tratándose de fanáticos rabiosos de uno de los grupos mas pesados que han tocado en este país.

Me tocó detrás de un man que extrañamente olía a colonia o a Axe, no estoy seguro; el caso es que olía bien. Me pareció excelente porque sé por experiencias en conciertos anteriores, que el pelo encreolinado del metalero huele muy mal y siendo su estatura promedio de 1.60, normalmente siempre queda justo debajo de mi fosa nasal. Tuve mucha suerte en ese sentido; a ambos lados me tocaron mujeres, que dicho sea de paso pudieron llegar a ser el 10% del público (cifra elevadísima para el tipo de evento), que olían a crema para manos o jabón o alguna de esas cosas que usan las mujeres.

El concierto fue emocionante de principio a fin. Los integrantes originales, cuarentones, lograban que las canciones sonaran exactamente igual que en los discos. Admirable en semejante complejidad y velocidad de descarga musical.

Tom Araya apareció con una barba tan negra y larga que lo hacía ver como un Papá Noel del demonio, hablando con su acento chileno agringado y una camiseta en que se leía HUEON; como haciéndole un homenaje al metalero paisa o cuyabro que viajó desde Antioquia y el eje cafetero para verlos, diciendo todo el camino “¡Vamos a ver a Slayer hueon! ¡Que chimba hueon! ¡Hueon Hueon Hueon!”

Hoy siento como si cargara un mico al hombro. Cómo será Kerry King, que lleva cabeceando más de 25 años de manera ininterrumpida. Yo creo que le pueden pegar un panelazo con una tractomula y la cabeza permanecería inmóvil, así como el público cuando lo observaba fijamente, cada vez que hacía uno de esos punteos imposibles en su guitarra.

Hanneman, tranquilito, haciendo lo suyo. Su movimiento en el escenario inversamente proporcional al de sus dedos en la guitarra. Un ligero meneo de cabellera y ya.

Dave Lombardo fue el más aclamado. No tocaba con Slayer desde hace como 15 años. Respondía apropiadamente con ese doble bombo retumbando en nuestros tórax (o tóraxes?).

No faltó ni una. Seasons in the Abyss, Raining Blood, Angel of Death, Hell Awaits, South of Heaven, todo lo que se esperaba. Un par de canciones del disco Nuevo “Christ Illusion”, el décimo del grupo, que salió en Agosto, y todos contentos.

En algún momento pasaron a mi lado tres metaleros haciendo trencito, sacudiendo el greñero al unísono, abriéndose paso hacia el escenario. Así de bueno estuvo. Hasta hubo trencito.


jueves, septiembre 07, 2006

GONORREA

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Ya una vez en este Blog Norman tocó con el rabillo del teclado el tema de las palabras jediondas. Mencionó una que yo siempre he defendido como la mejor de las peores: ¡Croquis!

Croquis suena a erupto de borracho. En un accidente de tránsito lo peor no es el trauma, ni los daños materiales, ni el dolor en el cuello, sino que se viene una descarga de palabra croquis como nunca en la vida. Como para equilibrar el resto del tiempo en que no se usa. El policía dice croquis, la contaparte dice croquis, uno dice croquis, el familiar que llega a ayudar pregunta por el croquis... Es enloquecedor.

La asquerosidad de otras palabras como diarrea, seborrea y piorrea, pudiese atribuirse (haciendo la alcaración de que conjugar las palabras de tal forma que terminen en "ese" es inmundo) a lo que significan; pero no. Es la erre la que causa un efecto repulsivo: curry, puerro, urraca, berrinche (especialmente si huele a eso), Pirry Larrota, churrasco... ¿Hago mi punto?

Por ejemplo churrasco. Si no supiera lo que es, pensaría que define a un mugriento adolescente con la cara ebullendo en barros y las axilas exudando barros también.

En cambio hay palabras que aún cuando lo que representan es espantoso, son bonitas per se. Pecueca es una chimba de palabra. No así lo que implica. Se le llena a uno la boca al decir ¡Pecueca! Es agradable, la boca como que disfruta, el ánimo como que se levanta, los pajaritos cantan. Deberían usarla más en los comerciales de desodorantes para pies. Tal vez probar un slogan como "es mejor pronunciarla que tenerla".

Pero todo lo anterior palidece ante una palabra con la que me he encontrado de frente últimamente, haciéndome poner cara de policía novato al llegar a una horripilante escena de crimen llena de larvas y pupas: Gasxi. La he visto en varios, muchos, si no todos los taxis que usan gas natural. Hasta ahí llegué. No me he atrevido a pronunciarla en voz alta. Sólo a leerla y ahora a escribirla.

Estoy esperando un Gasxi
No pasa el Gasxi
Espérame, voy en un Gasxi
Me estrellé contra un Gasxi y están haciendo el croquis

IL DIVO

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Tengo que aceptarlo.

Soy un churro.

Grasoso y con los hombros cubiertos de azúcar.

viernes, septiembre 01, 2006

RISAS Y SALSA

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Injustamente criticados desaparecieron de Colombia los canales peruanos. En los noventa gobernaron los televisores de todo aquel que prefería pagar 900% menos por la bien bautizada perubólica, que por lo que ofrecía el entonces monopolístico mercado de televisión por cable.

De dientes para afuera todos difamaban de ella, pero de pantallas para adentro, hasta el gato de emisora punto 5 disfutaba de la variada programación con que Frecuencia Latina y América Televisión nutría nuestros subconscientes, inculcando en nuestros cerebros las enseñanzas de la telenovela juvenil Torbellino, La Chola Chabuca, Pataclaun, Cine Millonario y Laura en América, que nos dejó como moraleja lo importante que es una buena pollada para levantarse a una hembrita.

Pasé horas viendo el programa de Augusto Ferrando, "Trampolín a la Fama"; mi atención magnetizada, interpolando entre la asombrosamente setentas escenografía y la prodigiosa pinta, aún mas setentas de Augusto, invariable a través de las décadas. En verdad lo quiero y recuerdo tanto como la comunidad peruana sigue haciéndolo. Gran parte del encanto del programa eran los premios, que iban desde jarabe para la tos hasta bolsas de leche, los cuales generaban un regocijo envidiable entre los ganadores. Recuerdo un día en que por alguna razón excepcional una humilde señora se ganó una estufa y ésta (la señora, no la estufa) procedió a desmayarse al vivo en los brazos orangutanados de Augusto.


A manera de homenaje, transcribo el tema de apertura del show:


"Augusto Ferrando, lo invita cantando
desde el mas cercano hasta el último confín,
para dar un brinco, en Panamericinco,
en el más alegre y millonario trampolín"




El pilar fundamental del humor peruano son los enanos. Al menos en aquellos tiempos lo era. En Risas y Salsa, cuando una escena estaba medio floja, metían un enano y el resto del staff empezaba a darle calvazos. Fórmula inequívoca de carcajada en cualquier situación. La vez que más me he reído fue una vez que salía un enano en una playa disfrazado del Pibe Valderrama al que le hacían un pase con una colorida y gigante pelota inflable que rebotaba justo frente a él, pasándole por encima mientras inútilmente intentaba patearla.


Espinoso este tema de los enanos. Mi amigo Aniel lo sabe bien. Tiene una amiga cuyo hermano es enano. Múltiples veces en reuniones de estudio alguien terminaba echando un chiste de enanos. En sus propias palabras: "La cantidad de veces que uno habla de enanos es enorme, simplemente uno no se da cuenta hasta que tiene un parangón de comparación como lo es la cagada que da hablar de enanos frente a alguien que es hermana de uno."


Mi novia vió una vez una flota recogiendo y/o dejando pasajeros en la autopista norte, con el correspondiente acomode de maletas en los costados del bus. LLevó gazapo cuando vió que el acomodador era un enano que se metía de cuerpo entero en las bodegas para organizar las maletas. Yo me pregunto si en el momento de la entrevista para aplicar a la posición le habrán preguntado algo o simplemente al verlo lo contrataron inmediatamente. O si, por el contrario, el requisito para aplicar era ser enano.

- Reconocida empresa del sector transporte necesita enano, fuerte, buenas relaciones interpersonales, con disponibilidad para viajar por el territorio nacional. Enanos altaneros abstenerse de aplicar. -